miércoles, 24 de diciembre de 2008

Antonio Serrano - Ser poeta

Ser poeta significa convertirse en un cronista de la realidad, en un visionario, en un buscador de palabras que den significado, de un modo correcto, a los hechos cotidianos. Ser poeta significa ser capaz de sentir y de soñar, de ver y de imaginar. Hace años, la cantautora Mari Trini decía en una de sus canciones:

"Quién no escribió un poema
huyendo de la soledad..."

En el fondo creo que todos tenemos algo de poetas. La diferencia radica en que unos saben transmitir lo que sienten y otros no. Ser poeta no significa escribir muchos libros o ganar muchos premios. Significa tener la sensibilidad suficiente para poder transmitir un sentimiento. Parece sencillo pero no lo es. De ahí nace la incomprensión que manifiesta Antonio Serrano en este poema:

EL POETA INCOMPRENDIDO

Puso un poeta en sus versos
toda su imaginación,
todo el oro que había en ella
y toda su bendición.

Las maravillas del mundo
que tenía en su interior,
las perlas del universo
y todo su afán creador.

A pesar de los intentos
que puso en su versión,
no lograba convencer
a la gente con pasión.

Como no tenía lectores
que comprasen su edición,
murió de necesidad,
de tristeza y confusión.

Esta es la historia, señores,
de un poeta singular,
que a pesar de un buen trabajo
no lo logró superar.

¡Hay veces que en el trabajo
pones toda tu ilusión,
y al final el desengaño
suele ser mucho peor!

viernes, 5 de diciembre de 2008

Poner "Pausa"

No descubrimos nada nuevo, cada vez que llegamos a la conclusión de que el ritmo de vida a que estamos sometidos nos desborda y, debido a ello, muchas veces, desembocamos en lo que solemos llamar estrés, cuando no caemos en algo peor. Los problemas cotidianos, generalmente pequeños, pero que al repetirse y reproducirse continuamente terminan por convertirse en una carga difícil de soportar. O los problemas graves, para los que, de tanto en tanto, no vemos solución. La prisa con la que los acontecimientos nos obliga a avanzar, para no quedar rezagados en esa carrera del saber y del tener. Todo, en un momento determinado, puede ser causa de un malvivir, de una ansiedad que nos impide centrarnos y gozar de las cosas buenas, que también las hay, pero que quedan en un segundo término tras la vorágine de aquello que nos agobia. En esos momentos de ansiedad, deberíamos tener la potestad de apretar un botón que dijese "Pausa" y, dejando de lado la vida azarosa, centrarnos solamente en un aspecto hermoso, abrir nuestros poros y dejarnos invadir de él. Sería, tal vez, el momento adecuado para buscar en nuestro interior nuestro propio yo y, si le encontramos, replantearnos con él nuestra vida, nuestras obsesiones, nuestras ambiciones, nuestros sueños y... llenarnos de Paz. Y a partir de ahí, convertir en costumbre esta maniobra de "Pausa", para así poder vivir de un modo bastante más gratificante.

Cualquier lugar puede ser bueno para apretar el botón. La Paz, muchas veces está en nosotros mismos, aunque no lo sepamos. Pero, puestos a buscar un sitio idóneo para que se manifieste, el mar -la mar- reune todas las cualidades. Sus aguas son poesía pura, el aire, las gaviotas, la arena. Merece la pena perderse por una playa desierta y abrir la mente y dejarla caminar, bailando con el ritmo del agua. Es tan hermoso como gratificante. Una experiencia que a todos nos puede beneficiar. Pues nada hay tan hermoso como encontrarse uno con sí mismo y reconocerse. Algo que el frenesí de la vida nos impide hacer.

MEDITERRÁNEA

De besos huérfano
de soledades harto,
vengo a buscar
junto a tu fina arena,
un poco de esa Paz
de que estoy falto.

Mediterránea
mi amante compañera.
Mediterránea
mi amor, mi mar.

Quiero tocar el azul que te pinta,
quiero beber la espuma que generas,
quiero gozar tu fiereza y tu Paz
y al ritmo cadencioso de tus olas,
como un niño que pierde su inocencia,
quiero hallar la verdad.

Mediterránea
mi amante compañera.
Mediterránea
mi amor, mi mar.

Vengo a tu lado
sediento de caricias
a contarte el tormento que me ahoga,
a susurrarle al viento que te mima,
cual sutil confidente,
las penas de mi alma soñadora.

Mediterránea
mi amante compañera.
Mediterránea
mi amor, mi mar.

Hoy junto a ti, al verte tan hermosa
siento mis soledades perderse en tu misterio.
Besas mis pies desnudos
y al sentir tu caricia
veo que no estoy solo
¡tú has venido a mi encuentro!

Mediterránea
mi amante compañera.
Son para mí tus olas viajeras
un bálsamo que calma mi ansiedad.
Mediterránea
mi amor, mi mar.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Arroz con costra


Por ASUN QUINTO

Además del Misteri y del Palmeral, posiblemente no haya nada tan genuinamente ilicitano como el Arroz con Costra, nuestro "tesoro escondido", la medalla de oro de nuestra gastronomía. Ésta es, a ritmo de verso, su receta, tal y como se la di a mi amiga Betty. Ojalá funcione (aunque no lo tengo yo demasiado claro):

Los ingredientes primero.
Aquí dispuestos están:
huevos, carne, embutido,
tomate, arroz y azafrán.
No te olvides del aceite,
ni tampoco de la sal.

Elegir un buen perol,
poner un chorro de aceite
y de seguido, al fogón.
Sofreir el embutido,
ya previamente partido.
Retirarlo a un recipiente
y mantenerlo caliente.
Después, ya la carne toda
sofreirás sin demora.
Sin sacarla del perol
tiempo es de que le añadas
el tomate sabrosón.
Mientras lo vas removiendo
vas rezando un Padre Nuestro
y listo queda el mejunje.
Hora es pues de que juntes
el embutido al invento.

El agua echarás ahora
templadita si es posible,
para que los ingredientes
no se encojan o se enfríen.
No olvidar el azafrán
ni por supuesto, la sal.
Dejar que hierva un ratito
ahí todo bien juntito.
Mientras que la lumbre cumple
su misión, como es mandado,
te tomas una cerveza
y te entonas con un fado.

Seguidamente el arroz
será unido a este aquelarre,
removiendo, poco a poco,
para que no le entre el aire.
Déjalo tranquilo ya,
que se vaya cocinando.
Mientras esto ocurre, amiga,
el horno ve calentando,
y esta vez puedes cantar
un repertorio de tangos,
pues seguro que habrá lugar.

Si eliges bien las canciones,
estarás en condiciones
de lo que ahora acontece,
es decir, de huevos trece,
cogerás doce, no más
y muy bien los batirás
como para hacer tortilla.
Cuando el arroz ya tengamos,
que puedas comerlo, pero
tenga el corazón entero
y no te apetezca aún,
será el momento estelar
que los huevos has de echar
por encima del arroz,
colocándolo en el horno
con esmero y atención,
ya que puede suceder
que el huevo se vaya al fondo
y no vuelva a aparecer,
con lo que el Arroz con Costra,
será cualquier otra cosa,
no me pregunte usted qué.

Amiga Betty, disculpa
si no te di cantidades,
que yo en lo privado no entro
y aún no sé en este momento,
cuántos son los comensales
que habitan en tu convento.

Esperando que tengáis
una buena digestión,
se despide de una vez
tu amiga María Asunción.


(Obtuve la fotografía en www.eselx.com).

lunes, 17 de noviembre de 2008

Historias de otras tierras



Por BETTY OREGGIA

Se trata de leyendas que se van creando a través de los acontecimientos vividos por los pueblos, esos aborígenes que poblaron el suelo, de cuya civilización sólo nos quedan las pocas cosas que se pudieron rescatar del olvido, de lo que quedó después de la conquista, pero que dejaron sus huellas en la tierra misma, una de estas muestras son las leyendas, que como se sabe tienen parte de realidad y de fantasía, así nació la leyenda del ceibo, cuya flor es flor Nacional de la República Argentina y del hermano Uruguay, el árbol del ceibo nos brinda unas hermosas flores, muy rojas, que alegran la vista de cualquier observador, por si acaso les gusta, aquí se las cuento.....

LEYENDA DEL CEIBO

Cuenta la leyenda que en las riberas del Paraná, vivía una indiecita fea, de rasgos toscos, llamada Anahí. Era fea, pero en las tardecitas veraniegas deleitaba a toda la gente de su tribu guaraní con sus canciones inspiradas en sus dioses y el amor a la tierra de la que eran dueños... Pero llegaron los invasores, esos valientes, atrevidos y aguerridos seres de piel blanca, que arrasaron las tribus y les arrebataron las tierras, los ídolos, y su libertad.

Anahí fue llevada cautiva junto con otros indígenas. Pasó muchos días llorando y muchas noches en vigilia, hasta que un día en que el sueño venció a su centinela, la indiecita logró escapar, pero al hacerlo, el centinela despertó, y ella, para lograr su objetivo, hundió un puñal en el pecho de su guardián, y huyó rápidamente a la selva.

El grito del moribundo carcelero, despertó a los otros españoles, que salieron en una persecución que se convirtió en cacería de la pobre Anahí, quien al rato, fue alcanzada por los conquistadores. Éstos, en venganza por la muerte del guardián, le impusieron como castigo la muerte en la hoguera.

La ataron a un árbol e iniciaron el fuego, que parecía no querer alargar sus llamas hacia la doncella indígena, que sin murmurar palabra, sufría en silencio, con su cabeza inclinada hacia un costado. Y cuando el fuego comenzó a subir, Anahí se fue convirtiendo en árbol, identificándose con la planta en un asombroso milagro.
Al siguiente amanecer, los soldados se encontraron ante el espectáculo de un hermoso árbol de verdes hojas relucientes, y flores rojas aterciopeladas, que se mostraba en todo su esplendor, como el símbolo de valentía y fortaleza ante el sufrimiento.

Se dice que el rojo intenso de la flor, refleja la sangre de Anahí.

martes, 11 de noviembre de 2008

José Agustín Goytisolo


No recuerdo exactamente en qué año fue. El 197... y algunos. Un grupo formado por intelectuales, políticos y gente con inquietudes, decidió realizar un homenaje a nuestro "poeta maldito" Miguel Hernández (maldito y prohibido por el régimen franquista). El acto que mejor recuerdo, de aquel homenaje, tuvo lugar el Elche, junto al barrio de San Antón. Allí se formaron dos manifestaciones: la más numerosa la componían, cogidos los unos a los otros por el brazo, las personas que reivindicaban pacíficamente el derecho a leer y a reconocer libremente un poeta que ya era reconocido y admirado fuera de nuestras fronteras. La otra, la más fuerte y violenta, estaba formada por la guardia civil y la policía, que intentaban impedir el avance de la razón. Hubo una carga brutal y nos golpearon, nos persiguieron y nos dispersaron sin contemplaciones. Algunos buscamos refugio en el interior de uno de los bares del barrio. En este bar, me sorprendió un ruido de golpes muy fuertes y gritos que procedían del cuarto de baño, mientras que el dueño del bar miraba hacia allí lleno de preocupación. Poco después quedó claro el motivo del escándalo: se trataba del poeta José Agustín Goytisolo, que, frustrado por el mal trato que había recibido, descargaba su rabia contra las paredes y las puertas. Cuando al fin salió, estaba lívido y fuera de sí, mientras quienes le conocían intentaban calmarle.

José Agustín Goytisolo nació en Barcelona el 13 de abril de 1928, en el seno de una familia burguesa. En su infancia tuvo problemas con el padre, que parecía sentirse amargado por la muerte de otro hijo anterior, por lo que se refugió más en el amor y la defensa que le mostraba su madre. Con el estallido de la guerra civil, todo dio un quiebro en su vida. El padre fue detenido y más tarde perdió la vista; la madre murió en el transcurso de un bombardeo, acentuándose así el desamparo de José Agustín y de sus hermanos.

Cuando llegó a Elche, a la manifestación donde fue golpeado, ya era un poeta famoso. Paco Ibáñez, con sus canciones, había popularizado algunos de sus poemas. Desde hacía años, había ganado prestigiosos premios de poesía: 1954, Adonais. 1956, Boscán. 1959, Ausias March. El recuerdo de Julia Gay -su madre- prevaleció siempre en él. Cuando nació su hija, la llamó Julia y, más tarde, en uno de sus más famosos poemas, que luego cantaría Paco Ibáñez -Palabras para Julia- parece unir en amor a las dos mujeres.

Palabras para Julia

"Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable,
hija mía es mejor vivir con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada,
te sentirás perdida o sola,
tal vez querrás no haber nacido,
yo se muy bien que te dirán que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado,
entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.

Un hombre solo
una mujer
así tomados de uno en uno
son como polvo
no son nada,
pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otros hombres,
tu destino está en los demás,
tu futuro es tu propia vida,
tu dignidad es la de todos,
entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino,
nunca digas no puedo más y aquí me quedo,
la vida es bella
tú verás como a pesar de los pesares
tendrás amor
tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es será todo tu patrimonio,
perdóname no sé decirte nada más,
pero tú comprende que yo aún estoy en el camino,
y siempre siempre acuérdate de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso
".

Hombre vitalista, acostumbrado a afrontar la vida sin complejos mientras se sintió fuerte, parece que, al final, la vida pudo con él. Después de algunas depresiones, cerró voluntariamente su ciclo arrojándose desde el balcón de su casa el 19 de marzo de 1999. Al día siguiente, impresionado y dolido al conocer la noticia, me atreví, con mi torpe aliño poético, a dedicarle estos versos:

NO SE QUEBRÓ TU VOZ

No se quebró tu voz.

Aunque tu cuerpo
se haya roto contra el suelo
y de pasión, sueños y amor
quedó vacío...

No.
No se quebró tu voz.

Aunque tu boca,
ya sellada para siempre,
se acoja al privilegio
del silencio...

No.
No se quebró tu voz.

Elegiste ser libre ese momento
y apagaste las luces de tu vida.
Dejaste al mundo herido con tu herida
y huérfano de ti...

Pero tu voz quedó.

Y quedó para siempre
entre nosotros
como la herencia
que nos has legado.

Van con ella tus sueños,
tus anhelos,
tus vivencias, tu amor,
tus desventuras...

Sólo tú ya no estás,
aunque sigues estando,
pues no muere un poeta
cuando deja su voz.

Tu cuerpo ya se ha roto,
mas en tan duro empeño,
no,
no se quebró tu voz.

martes, 28 de octubre de 2008

Gustavo Adolfo Bécquer

Dentro de las habituales contradicciones de nuestro modo de ser, unas veces asumimos la ternura y el romanticismo como un sentimiento ideal; otras veces parece que nos avergonzamos de ello, como si fuera esto una muestra de debilidad o un sentimiento viejo y trasnochado. Es cierto, sin embargo, que el romanticismo existe y que tal vez sea uno de los sentimientos más nobles que podemos experimentar. Gracias a él, idealizamos a la persona amada y nos sentimos completamente integrados a ella. Si el amor romántico es puro y correspondido, eleva el alma hasta cotas antes insospechadas y, por supuesto, hace aflorar las virtudes del mismo modo que ayuda a superar otras carencias. El mundo, en estas condiciones es más amable, más amenos, más soportable. Es, sin duda, mejor.

Para expresar este sentimiento con palabras -si es que con palabras se pueden expresar los sentimientos- nadie hay mejor que los poetas. Sólo ellos, con sus metáforas, son capaces de hallar la palabra exacta que exprese amor -o desamor-. Entre otros, Alberti y Neruda han dejado un amplio bagaje de poesía romántica. Pero creo que nadie ha profundizado tanto en el sentimiento más puro, como Gustavo Adolfo Bécquer. Un poeta de vida corta (34 años) cuyos versos nos han acompañado siempre en los momentos más dulces de nuestra adolescencia y que siguen estando presentes cada vez que un sentimiento de ternura nos afecta.

Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero aquéllas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquéllas que aprendieron nuestros nombres...
ésas... ¡no volverán!

Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.

Pero aquellas cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día...
ésas... ¡no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar,
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido... desengáñate,
nadie así te amará.

Gustavo Adolfo Domínguez Bastida, conocido como Gustavo Adolfo Bécquer, nació en Sevilla el 17 de Febrero de 1836 y murió en Madrid el 22 de Diciembre de 1870. Aunque lo que más conocemos de él son sus rimas, su producción literaria abarca muchas otras facetas: escribió en revistas, publicó libros y escribió, así mismo, comedias e incluso alguna zarzuela. Su vida fue azarosa y, como hemos dicho, corta, demasiado corta. En Wikipedia, de donde he sacado la fotografía, puede verse una buena biografia, para quien tenga la curiosidad de conocerle mejor. Creo que merece la pena.

martes, 14 de octubre de 2008

VOLVER



Falta justamente una semana para que nos reincorporemos a la universidad. Otra vez, la imagen del poeta, con los brazos abiertos y "alto de mirar a las palmeras", nos va a recibir y a brindarnos la posibilidad de acceder hacia caminos de cultura, de convivencia y de amistad. Quienes iniciamos el segundo curso -por lo que yo sé y por lo que yo siento- estoy seguro de que lo haremos con un talante diferente al año anterior. Ahora ya nos conocemos todos. Los fantasmas de la timidez y el miedo, que son alimentados por el desconocimiento del medio, han desaparecido. A la experiencia de nuestros años de vida, hemos de añadirle la experiencia acumulada en el curso anterior. A lo aprendido en las diferentes clases y seminarios, es necesario añadir el magnífico resultado que para un gran número de nosotros supuso el recital de poesías "Me llamo barro", en el que, además de conocer mejor a Miguel Hernández -nuestro poeta- nos conocimos mejor a nosotros mismos, supimos que éramos capaces de hacer "algo más" y -sobre todo- no marcamos un límite, sino un inicio. De tal modo que este año llegamos ansiosos por continuar, por seguir avanzando. Y esperanzados en que la entidad -"nuestra" universidad- nos siga abriendo puertas en todos los sentidos, ya que nosotros estamos dispuestos a entrar por ellas.

Volvemos también con una pequeña -o no tan pequeña- preocupación. Sabemos que aún podemos ser útiles a la sociedad en muchos aspectos. Por eso, no acabamos de entender que se nos ofrezca un caramelo en forma de curso que sólo dura dos años de ocho meses y que luego queda en poco menos de nada. La institución debería plantearse este problema. Mientras las Aulas de la Experiencia están activas, se aprovecha a sus integrantes para que, con su presencia, apoyen otros eventos -importantes, sin duda- de los que los estudiantes jóvenes parecen huir, a pesar de los créditos que se les ofrecen a cambio de su asistencia. Y es que "los estudiantes" de las Aulas de la Experiencia acudimos con hambre de aprender y vocación de servir. No es de recibo que se nos diga que podemos empezar de nuevo el curso tantas veces como sea necesario. No vamos a la universidad para "estar". Los cursos deberían ser más extensos y con otros objetivos. Y, al resto de actividades, entre las que incluimos nuestros recitales, habría que darles la importancia y el apoyo que requieren y -sobre todo- garantizar su continuidad.

Con nuestras inquietudes y nuestras esperanzas, el próximo martes, 21 de octubre, volvemos a la universidad, donde todavía, en los pasillos y en las aulas, podrán oírse los ecos de nuestras voces -tal vez inseguras, al ser nuestra primera vez- recordando los versos que escribió Miguel Hernández, el poeta que da nombre y prestigio a nuestra universidad:

Por una senda van los hortelanos,
que es la sagrada hora del regreso,
con la sangre injuriada por el peso
de inviernos, primaveras y veranos.

Vienen de los esfuerzos sobrehumanos
y van a la canción, y van al beso,
y van dejando por el aire impreso
un olor de herramientas y de manos.

Por otra senda yo, por otra senda
que no conduce al beso aunque es la hora,
sino que merodea sin destino.

Bajo su frente trágica y tremenda,
un toro solo en la ribera llora
olvidando que es toro y masculino.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Carlos Cano


Granada, 28 de enero de 1946 - 19 de diciembre de 2000.

Aunque las personas tenemos la facultad de expresar lo que sentimos ante cualquier situación, lo cierto es que, en general, casi siempre en nuestra opinión se refleja nuestro origen, esas raíces que nos vienen dadas por la historia que nuestros antepasados nos legaron y de la que hemos pasado a formar parte. Todo esto salvo excepciones, que también las hay. En este sentido, Carlos Cano fue un hombre como los que a mí me gustan: consecuente con sus orígenes. Y fue, por esto mismo, un poeta como los que a mí me gustan -independientemente de la calidad de su poesía-: todo emoción, todo militancia, todo entrega a un sueño de Paz y Libertad y Cultura. Y además, desprovisto de esa carga de dependencia que supone tener el carnet de un partido político.

"Ser andaluz, es una manera de vivir, más que una forma de ser", manifestó para describir su propia ideología. Cultivó estilos tradicionales, como el fado, pero, fundamentalmente, la copla andaluza, a la que situó en la modernidad librándola de su apropiación por el franquismo. Pensaba que la fe en la copla mueve montañas, y a esta tarea se entregó en cuerpo y alma... hasta que el cuerpo le falló y quedó varado poco antes de la Navidad del año 2000.

Fue emigrante en su juventud, ganándose la vida como mozo de hotel en Suiza, trabajando en Alemania en la imprenta del Der Spiegel, como marinero en el puerto de Rotterdam, y como albañil en Barcelona. Optó por ser cantante mientras estudiaba en la universidad. Animado por Lluís Llach y Enrique Morente comenzó a cantar en la universidad con voz trémula y memoria republicana, alimentada por el recuerdo de su abuelo, que fue fusilado al final de la guerra civil.

En 1972, invitado por la UNESCO, participa en un homenaje a Federico García Lorca, que se celebró en París. Por su asistencia a este acto, el entonces alcalde de Madrid, Carlos Arias Navarro (también conocido como el carnicero de Málaga) le declaró "persona non grata".

Además de la copla andaluza que siempre defendió y dignificó, Carlos Cano supo situarse siempre en defensa de la libertad y junto a los más débiles. Su postura fue clara, sin ambages, expresada siempre con esa libertad crítica que otorga el ser consecuente con una ideología que no se alinea con ningún partido, que no se hipoteca por un voto o por una ambición de poder. Y escribió y cantó canciones como este "Tango de las Madres Locas", que dedicó a las Madres que, en Buenos Aires, salían cada jueves a reivindicar que les devolvieran a sus hijos, secuestrados y desparecidos por la dictadura militar. "Con vida se los llevaron, y con vida los queremos".

(La fotografía y algunos datos biográficos, los he obtenido de: http://www.audiokat.com/, así como de Wikipedia).

TANGO DE LAS MADRES LOCAS

Todos los jueves del año
a las once la mañana,
junto a la Plaza de Mayo,
con lluvia frío o calor,
te esperaré vida mía
frente a la Casa Rosada,
la espina de tu mirada
clavada en mi corazón.


Me dicen que no te fuiste,
mi bien, que te desaparecieron,
que te vieron en la cuneta,
cantando el «Yira» de Carlos Gardel,
que de pronto te esfumaste,
que te borraron del mapa,
que ni siquiera naciste,
que medio loca mamá te inventó.


Con Malvinas o sin Malvinas
grito tu nombre por las esquinas
mientras que los generales
se dan al tango por los portales.
Tango de las madres locas.
Coplas de amor y silencio.
Con vida se los llevaron
y con vida los queremos.


Con Malvinas o sin Malvinas.
¿Dónde está Pedro? ¿Dónde está Lydia?
Con Malvinas o sin Malvinas
grito tu nombre por las esquinas.


Cada vez que dicen: patria,
pienso en el pueblo y me pongo a temblar
en las miserias que vienen
y en los fantasmas de la soledad.
Petronila, ¿qué te hicieron?
¡qué mala cara tenés!
-La que me dejó Videla
-A mí Galtieri, ya ves...


Con Malvinas o sin Malvinas
grito tu nombre por las esquinas
mientras que los generales
se dan al tango por los portales.
Tango de las madres locas.
Coplas de amor y silencio.
Con vida se los llevaron
y con vida los queremos.

martes, 26 de agosto de 2008

Hablemos de José Hernández


Por BETTY OREGGIA

"Por asimilación, sinó por la cuna, soy hijo de gaucho, hermano de gaucho, y he sido gaucho. He vivido años en campamentos, en los desiertos y en los bosques, viéndolos padecer, pelear y morir; abnegados, sufridos, humildes, desinteresados y heroicos".
(José Hernández, 1881).

Había una vez, un día……..y así como en los cuentos, comencé a vivir una hermosa experiencia, la de concurrir a Las Aulas de la Experiencia en la UMH, era una materia pendiente, de esas que te quedan en la vida, después de mucho andar, llegué con curiosidad, ansiedad, un poco de todo, y de a poco, fui insertándome en un grupo al que hoy no quisiera dejar de compartir nunca, lo mejor comenzó cuando se dicidió intentar hacer el homenaje a Miguel Hernández, allí hubo más cohesión de grupo.

Y ahora resulta que tenemos un blog, donde poder expresarnos, compartir lo que queramos, seguir juntos de alguna manera, leer los textos hechos por compañeros, me fue gratificante, descubrir potencialidades en ellos, lo es más aún….como dice la mamá de Forest en su película: “la vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te toca”, y… a mí, con esto que les cuento me tocó el bombón, de los que me gusta.

Para intervenir en este el blog del grupo Luná, como me agrada llamarlo, elegí algo de mi patria, Argentina, así hacemos un poco de intercambio, se trata de un escritor, nacido en Buenos Aires, poeta, político, pensador, recopilador de la sabiduría popular, periodista: José Hernández, cuya mejor obra fue MARTIN FIERRO, considerado la mayor expresión de la literatura argentina; así como en España está El Quijote, libro que es motivo de estudios en las escuelas de mi tierra.
José Hernández cuenta en su libro la vida del gaucho de las pampas, sus penurias, su sacrificio, la sabiduría que va adquieriendo de la vida misma, así nacen unos los sabios consejos que les hace a sus hijos, los cuales paso a transcribir.

CONSEJOS DE MARTIN FIERRO A SUS HIJOS

Un padre que da consejos,
Más que padre es un amigo.
Ansí, como tal les digo
Que vivan con precaución:
Naides sabe en qué rincón
Se oculta el que es su enemigo.

Yo nunca tuve otra escuela
Que una vida desgraciada.
No estrañen si en la jugada
Alguna vez me equivoco,
Pues debe saber muy poco
Aquel que no aprendió nada.

Hay hombres que de su cencia
Tienen la cabeza llena;
Hay sabios de todas menas
Mas digo, sin ser muy ducho:
Es mejor que aprender mucho
El aprender cosas buenas.

No aprovechan los trabajos
Si no han de enseñarnos nada.
El hombre, de una mirada
Todo ha de verlo al momento.
El primer conocimiento
Es conocer cuándo enfada.

Su esperanza no la cifren
Nunca en corazón alguno,
En el mayor infortunio
Pongan su confianza en Dios;
De los hombres, sólo en uno;
Con gran precaución, en dos.

Las faltas no tienen límites

Como tienen los terrenos;
Se encuentran en los más buenos,
Y es justo que les prevenga.
Aquel que defectos tenga,
Disimule los agenos.

Al que es amigo, jamás
Lo dejen en la estacada
Pero no le pidan nada
Ni lo aguarden todo de él:
Siempre el amigo más fiel
Es una conduta honrada.

Ni el miedo, ni la codicia
Es bueno que a uno lo asalten;
Ansí no se sobresalten
Por los bienes que perezcan.
Al rico nunca le ofrezcan
Y al pobre jamás le falten.

Bien lo pasa hasta entre pampas

El que respeta a la gente.
El hombre ha de ser prudente
Para librarse de enojos;
Cauteloso entre los flojos,
Moderao entre valientes.

El trabajar es la ley
Porque es preciso alquirir.
No se espongan a sufrir
Una triste situación:
Sangra mucho el corazón
Del que tiene que pedir.

Debe trabajar el hombre
Para ganarse su pan,
Pues la miseria, en su afán
De perseguir de mil modos,
Llama en la puerta de todos
Y entra en la del haragán.

A ningún hombre amenacen,
Porque naides se acobarda;
Poco en conocerlo tarda
Quien amenaza imprudente;
Que hay un peligro presente
Y otro peligro se aguarda.

Para vencer un peligro,
Salvar de cualquier abismo,
Por esperencia lo afirmo:
Más que el sable y que la lanza
Suele servir la confianza
Que el hombre tiene en sí mismo.

Nace el hombre con la astucia

Que ha de servirle de gula;
Sin ella sucumbiría;
Pero, sigún mi esperencia,
Se vuelve en unos prudencia
Y en los otros picardía.

Aprovecha la ocasión
El hombre que es diligente;
Y tenganló bien presente,
Si al compararla no yerro:
La ocasión es como el fierro,
Se ha de machacar caliente.

Muchas cosas pierde el hombre
Que a veces las vuelve a hallar;
Pero les debo enseñar,
Y es bueno que lo recuerden:
Si la vergüenza se pierde,
Jamás se vuelve a encontrar.

Los hermanos sean unidos,
Porque ésa es la ley primera;
Tengan unión verdadera
En cualquier tiempo que sea,
Porque si entre ellos pelean
Los devoran los de ajuera.

Respeten a los ancianos,
El burlarlos no es hazaña;
Si andan entre gente estraña
Deben ser muy precabidos,
Pues por igual es tenido
Quien con malos se acompaña.

La cigüeña, cuando es vieja,

Pierde la vista, y procuran
Cuidarla en su edá madura
Todas sus hijas pequeñas.
Apriendan de las cigüeñas
Este ejemplo de ternura.

Si les hacen una ofensa,
Aunque la echen en olvido,
Vivan siempre prevenidos,
Pues ciertamente sucede
Que hablará muy mal de ustedes
Aquel que los ha ofendido.

El que obedeciendo vive
Nunca tiene suerte blanda;
Mas con su soberbia agranda
El rigor en que padece.
Obedezca el que obedece
Y será bueno el que manda.

Procuren de no perder

Ni el tiempo ni la vergüenza;
Como todo hombre que piensa
Procedan siempre con juicio,
Y sepan que ningún vicio
Acaba donde comienza.

Ave de pico encorvado,
Le tiene al robo afición;
Pero el hombre de razón
No roba jamás un cobre,
Pues no es vergüenza ser pobre
Y es vergüenza ser ladrón.

El hombre no mate al hombre
Ni pelee por fantasía .
Tiene en la desgracia mía
Un espejo en que mirarse.
Saber el hombre guardarse
Es la gran sabiduría.

La sangre que se redama
No se olvida hasta la muerte.
La impresión es de tal suerte,
Que a mi pesar, no lo niego,
Cai como gotas de fuego
En la alma del que la vierte.

Es siempre, en toda ocasión
El trago el pior enemigo.
Con cariño se los digo,
Recuerdenló con cuidado:
Aquel que ofiende embriagado
Merece doble castigo.

Si se arma algún revolutis
Siempre han de ser los primeros;
No se muestren altaneros
Aunque la razón les sobre;
En la barba de los pobres
Aprienden pa ser barberos.

Si entregan su corazón
A alguna muger querida,
No le hagan una partida
Que la ofienda a la muger:
Siempre los ha de perder
Una muger ofendida.

Procuren, si son cantores,
El cantar con sentimiento,
No tiemplen el estrumento
Por sólo el gusto de hablar,
acostúmbrense a cantar
En cosas de jundamento.

Y les doy estos consejos

Que me ha costado alquirirlos,
Porque deseo dirijirlos;
Pero no alcanza mi cencia
Hasta darles la prudencia
Que precisan pa seguirlos.

Estas cosas y otras muchas
Medité en mil soledades;
Sepan que no hay falsedades
Ni error en estos consejos:
Es de la boca del viejo
De ande salen las verdades.

lunes, 18 de agosto de 2008

Gracias a la Vida


Nos eduacaron bajo la sombra larga y retorcida de la religión. A su amparo, aprendimos que esto de ahora no es la vida auténtica, sino sólo un paso para llegar a la que ha de ser. Y, para que aquélla sea plena y gozosa, hemos de aprender a sufrir en ésta. Vivimos, pues -si esto es vivir- en un "valle de lágrimas" en el que, según esto, lo mejor que podemos hacer es llorar, no vivir. Santa Teresa de Jesús escribió al respecto:

Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.


Si miramos a nuestro alrededor, incluso si nos miramos a nosotros mismos, veremos que son o somos muchos viviendo con estas creencias, aunque adaptadas perfectamente a las conveniencias de cada cual. Porque, hombre, está muy bien eso de esperar una buena vida después de la muerte, pero, claro, sin renunciar a estar lo mejor posible ahora. Eso de "que nos quiten lo bailao" representa una filosofía de tal peso, que toda la presión religiosa no ha conseguido mover. Todos queremos vivir ahora, y vivir bien. Y a todos nos asiste el derecho de reivindicar "aquí" una buena vida, lo más alejada posible de ese agorero valle de lágrimas que no sabemos bien quien personifica, pues ni ateos ni cristianos ni miembros de otras religiones parecen estar por la labor de dar ejemplo en este sentido.

Violeta Parra escribió un "Gracias a la vida" que es todo un tratado de filosofía. Nos muestra el camino con palabras sencillas, fáciles de entender para todos: ojos para vernos, oídos para escucharnos, corazón para amarnos. Visto así, sería tan fácil. Un mundo de todos para todos, con solidaridad, respeto y amor. Sin guerras, sin miserias, sin sufrimientos inútiles. Dándole a la vida Gracias porque nos obsequia con sus dones. Y evitando que el mal, que no sale de la vida sino del hombre, tenga la oportunidad de aparecer. Una utopía, sí. Pero, ¿no merece más la pena vivir luchando por una utopía que no hacerlo pensando que estamos condenados a vivir en un valle de lágrimas?

Violeta Parra nació en Chile el 4 de Octubre de 1917 y murió el 5 de Febrero de 1967. Fue poetisa, música, cantante, pintora, escultora, bordadora y ceramista. El hecho trágico de su muerte, en ningún caso empaña la belleza de sus versos. Obtuve esta fotografía de: www.violetaparra.scd.cl/

GRACIAS A LA VIDA

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio dos luceros que, cuando los abro,
perfecto distingo lo negro del blanco,
y en el alto cielo su fondo estrellado
y en las multitudes el hombre que yo amo.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el oído que, en todo su ancho,
graba noche y día grillos y canarios;
martillos, turbinas, ladridos, chubascos,
y la voz tan tierna de mi bien amado.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el sonido y el abecedario,
con él las palabras que pienso y declaro:
madre, amigo, hermano, y luz alumbrando
la ruta del alma del que estoy amando.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la marcha de mis pies cansados;
con ellos anduve ciudades y charcos,
playas y desiertos, montañas y llanos,
y la casa tuya, tu calle y tu patio.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio el corazón que agita su marco
cuando miro el fruto del cerebro humano;
cuando miro el bueno tan lejos del malo,
cuando miro el fondo de tus ojos claros.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto.
Así yo distingo dicha de quebranto,
los dos materiales que forman mi canto,
y el canto de ustedes que es el mismo canto
y el canto de todos, que es mi propio canto.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Ser parte del futuro


Hay una gran carga de paternalismo -e incluso de demagogia- cuando, en muchos estamentos de la sociedad, se aborda el tema de la gente mayor. Parece ser que, a determinada edad, ya hemos dejado de ser actores activos para convertirnos en meros espectadores a los que, si la sociedad es agradecida, debe cuidar. En caso contrario, mejor no hablarlo. Nosotros, que hemos participado de una cierta actividad universitaria, sabemos muy bien de qué estamos hablando. Hemos estado integrados en un programa formativo mediante el que hemos conocido profesores competentes que han desarrollado los temas previstos con bastante eficiencia. Ahora bien, tal vez la Universidad debería desprenderse de esa faceta "asistencial" a que parecen abocados los cursos y, centrándose más en la formativa, dar a los alumnos la categoría de gente de futuro, en lugar de centrarse en asistir a los que ya pasaron. Lo asistencial, el crear un lugar donde ir y relacionarse, que está muy bien y es muy necesario, debería ser competencia de entidades de otro rango. Ahora bien, esto no es más que una opinión.

Cuando de verdad hemos iniciado una actividad que precisaba de nuestra iniciativa y nuestra contribución directa, hemos demostrado que somos capaces de hacer algo más que escuchar o ir de excursión. Nos hemos demostrado, sobre todo a nosotros mismos, que existen en nosotros una serie de facultades que continuan vivas, y que así seguirán si aprendemos a cultivarlas adecuadamente. Rafael Alberti escribió, muy acertadamente, en este sentido:

Y luego, amor, y luego ver que la vida avanza
plena de abiertos años y plena de colores
sin fin y no cerrada al sol por ningún muro.
Tú sabes bien que en mí no muere la esperanza,
que los años en mí no son hojas, son flores,
que nunca soy pasado sino siempre futuro.


Todo, en nosotros, continua vivo, si no lo dejamos morir. Tal vez con menos fuerza física -faltaría más- pero con más experiencia y capacidad para razonar. Nuestras emociones, a veces olvidadas, continuan estando ahí y, del mismo modo que aún podemos estudiar y aprender, nos queda la posibilidad de gozar de la amistad del mismo modo que cuando fuimos jóvenes. Y, ¿por qué no?, del amor. María Dolores Pradera cantaba:

"Quererse no tiene horario
ni fecha en el calendario
cuando las caras se juntan".


Todo está por hacer. Y hemos de ser conscientes que está en nosotros el que se haga. Dejemos de esperar que otros decidan, y caminemos. En todos los sentidos. Con la misma pasión con que Rafael Alberti expresaba en sus poemas.

Subes del mar, entras del mar ahora.
mis labios sueñan ya con tus sabores.
Me beberé tus algas, los licores
de tu más escondida, ardiente flora.

Contigo no podrá la lenta aurora,
pues me hallará prendido a tus alcores,
resbalando por dulces corredores
a ese abismo sin fin que me devora.

Ya estás del mar aquí, flor sacudida,
estrella revolcada, descendida
espuma seminal de mis desvelos.

Vuélcate, estírate, tiéndete, levanta,
éntrate toda entera en mi garganta,
y para siempre vuélame a tus cielos.

miércoles, 30 de julio de 2008

Julio Fausto Aguilera

“De pie sobre tu suelo,
estoy, Patria, dolido”.

Julio Fausto Aguilera nació en Jalapa (Guatemala) en 1929. Su amor por la poesía se va desarrollando en él en tanto crece, aun siendo niño. Junto con otros jóvenes poetas y escritores, forma parte del grupo literario Saker-Ti, con la clara intención de incidir en la renovación política y cultural de su país. Tras siete años de fecunda labor literaria, la llegada al poder político del dictador Castillo Armas (financiado por la oligarquía económica norteamericana) en 1954, pone fin a la actividad del grupo y supone la represión, el exilio, e incluso la muerte, de algunos de sus componentes.

Alrededor de 1970 tuve la suerte de conocer algunos de sus poemas, que estaban incluidos en un librito titulado “Poesía Revolucionaria Guatemalteca” y que nos sirvieron de base –al grupo que en aquel entonces nos reuníamos- para recitar en aquellos sitios en que la permisividad del régimen nos permitía hacerlo, aunque siempre con el ojo puesto por si llegaba la policía social con malas intenciones. Cualquier cosa era buena para despertar la conciencia adormilada de nuestro pueblo. Y, en este caso, entre otras, las poesías de Julio Fausto Aguilera eran magníficas: todo pasión, todo amor. Pura revolución para las conciencias.

Desconozco como ha transcurrido su vida hasta ahora (creo que aún vive), pero por lo que he podido ver en internet, parece que se encuentra solo y enfermo en el asilo de Cabecitas de Algodón, en Antigua Guatemala. Es cierto que el final de la vida nunca suele ser alegre, pero entristece saber que un hombre que ha luchado y sufrido por el pueblo, sin buscar beneficiarse de ello, tenga un final tan oscuro. No será posible, pero me gustaría que esta humilde voz llegara hasta él, y que supiera que, a tanta distancia en kilómetros y en tiempo, sus versos han sido –y siguen siendo- importantes. Con ellos aprendimos a amar la paz y a luchar por la libertad. Con esa lucha revolucionaria que lleva implícita la palabra y el verso.

“La Patria, les decía, es una casa
donde todos vivimos como hermanos.
Es una hermosa casa, mis amigos,
que todos afanosos levantamos”.

¿Cómo es posible que los dictadores vean en estas palabras un peligro? Pero sí, lo hay. Porque ellos nunca han querido compartir, sino someter. He ahí la diferencia. Su batalla, contra la represión, era el verso, sólo eso... o, ni más ni menos que eso:

LA BATALLA DEL VERSO

Con un verso,
es verdad,
no botas a un tirano.
Con un verso no llevas pan y techo
al niño vagabundo,
ni llevas medicinas
al campesino enfermo.
Sobre todo, no puedes
hacerlo ahora mismo.

Pero... vamos a ver:

Un verso
bien nacido y vigoroso,
y otro más encendido,
y otro más desvelado,
y otro más fuerte y más veraz,
le dan vida
a un sueño que recogieron tierno,
y este sueño de muchos, ya nutrido,
se vuelve una conciencia,
y esta conciencia, una pasión, un ansia...
Hasta que un día,
todo
-sueño, conciencia, anhelo-,
compacto se organiza...
Y entonces
viene el grito,
y el puño,
y la conquista...

En la esfigie de la conquista
brilla una diadema: el verso.



He obtenido la fotografía y algunos datos biográficos de: www.lahora.com que es el periódico donde Julio Fausto Aguilera colaboró mientras aún pudo escribir.

miércoles, 23 de julio de 2008

El Carnicero de Sarajevo


En su currículum, que hoy publica la prensa, consta que -entre otras cosas- fue poeta. No puedo imaginarme su poesía. No. No puedo. O tal vez es que no quiero. ¿Radovan Karadzic, el Carnicero (así, empezando en mayúscula) de Sarajevo puede ser un poeta? ¿Tal vez su mente enferma, mientras planificaba el genocidio, alimentaba a sus musas con sangre, cadáveres, violaciones y destrucción? ¿Pudo sentir emoción mientras el mundo se estremecía de horror y de vergüenza? De cualquier modo, hoy, al saber que ha sido detenido y que va a ser juzgado por los tribunales internacionales, creo que es una gran noticia, aunque la prensa, en su deseo de mostrarse siempre justa y ecuánime, aún lo tilda como "presunto" genocida. Y no; no hay presunción en lo referente a sus actos. Sarajevo y Srebrenica quedaron impregnados de su ADN asesino. Y los miles de personas, muertos por su influencia, son testigos mudos de su maldad. Desde aquí, nuestra condena ya, previa al juicio: nunca más respire de nuestro aire en libertad. Nunca más escriba poesía. Que duerma ya, para siempre, en el lejano olvido. Y que no pueda caminar por los senderos que circunda el poeta.

HIJOS DE GEA

No despertéis, con himnos y estandartes,
a la fiera que duerme. Dejadla en su retiro.
Que el veneno que le inoculó el áspid
no remueva su instinto de asesino.
Dejadle que repose. No perturbéis su sueño
y, si es que sueña,
que lo haga con mares apacibles
poblados por las náyades más bellas.
Que su vida transcurra silenciosa;
que los hados que guían el destino
no permitan que holle el camino
que circunda el poeta.
Que no pretenda con plomo y con acero,
salvarse al mundo a su propio albedrío.
Que deje al Hombre sufrir sus devaneos
que avance Libre en pos de su destino.
No despertéis a la fiera que duerme.
Dejadla en su retiro.

martes, 22 de julio de 2008

La palabra del alma


Por María Victoria Gómez

Hablar de poesía es harto difícil, no todos la comprendemos, porque buscamos el sentido que al leerla nos inspira. Para mí, por ejemplo, la poesía es la palabra del alma, es aquello que dices desde el fondo de tu ser, que te libera, te gratifica, te transporta a vivir unas sensaciones nuevas y liberadoras. De casta le viene al galgo,(que diría un castizo) y en mi padre encontré un referente con su cándida -pero profunda- manera de ver la poesía, que siempre la tengo muy presente.

Esta deliciosa AÑORANZA me hizo llorar alguna vez por intimista, sentida y hermosa.

AÑORANZA

Voy andando por andar,
que no andar es lo contrario.
Y no hago más que pensar
que se murió mi canario.

Seis años vivió conmigo.
el mayor tiempo cantando,
ahora recibo el castigo.
¡Qué silencio estoy notando!

Era el canario cantor
motivo de obligaciones,
nunca tuve mal humor
escuchando sus canciones.

Hoy me ha dejado un vacío,
voy inerte por la vida,
ya no le busco el avío,
no recojo su comida.

No ansío que venga el día
como antes lo deseaba,
hoy mi casa está vacía...
No canta como cantaba.

martes, 15 de julio de 2008

POESÍA

La poesía es un lugar de encuentro de sensaciones totalmente diferentes. En ella se reunen la sensibilidad y la fuerza. Una fuerza capaz de hacer temblar a dictadores y tiranos. Siempre, cualquier régimen dictatorial, lo primero que ha hecho es acallar la voz de los poetas, quemar los libros, encadenar el libre pensamiento. Y del mismo modo, siempre, desde las cenizas de la represión, el viento ha sabido hilvanar las palabras y las ha extendido imparables, haciendo temblar a los tiranos y alimentando la conciencia de los reprimidos. A este respecto, dijo Gabriel Celaya:

"Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo".

Pero del mismo modo, tan revolucionaria como ésta, es aquella poesía que nos hace vibrar y que tal vez se encierra sólo en una palabra, en una emoción, en la necesidad de encontrarse con la persona estimada, o de oír su voz aunque sea a través del teléfono. Todo vale, si se unen emociones comunes, si se comparte la necesidad de comunicarse, de saberse próximos aunque les separe una determinada distancia y un conjunto de miedos y de convencionalismos. Así, la vida es poesía. Y el corazón grita al manifestarse y se desboca, y es necesario sujetarlo con las manos, con la sonrisa y con el sueño de que tal vez algo pueda canviar. Poesía revolucionaria, sí. Porque transforma las expectativas de la vida por completo. Y el aire parece más limpio, la mar más azul, sus aguas más accesibles y hasta la arena, que antes nos parecía sucia, ahora nos acaricia los pies y caminamos con cuidado para no dañarla. Todo es poesía. A cualquier hora, en cualquier lugar. Puede atraparte la noche en un oscuro desencanto y, cuando ya no lo esperas, quizás el pitido de tu móvil te avise de que tienes un mensaje, corto, concreto: ¿Qué haces? Y tu vida cambia y la noche se vuelve hermosa y no te importa no poder ya dormirte, porque merece la pena permanecer despierto escuchando sólo la voz del corazón.

Esto es poesía. Tan necesaria para vivir como el pan de cada día. Es el lenguaje universal de las emociones, de los sentimientos. Es el dolor y la alegría. Es la válvula de escape. Es el arma que combate el mal. Es el modo en que las personas pueden manifestar sus pensamientos más hermosos. Es un modo de ver el mundo y de entender la vida y de manifestar cuanto añoramos. Como dice Lluís Llach:

CANT DE L’ENYOR

Ni que només fos
per veure’t la claror dels ulls
mirant el mar.
Ni que només fos
per sentir el frec d’una presència.
Ni que només fos
poder-nos dir un altre adéu serenament.
Ni que només fos
pel suau lliscar d’un temps
perdut al teu costat.
Ni que només fos
recórrer junts el bell jardí del teu passat.
Ni que només fos
perquè sentissis com t’enyoro.
Ni que només fos
per riure junts la mort.
Ni que només fos
poder-nos dir un altre adéu serenament.
Ni que només fos
perquè sentissis com t’enyoro.
Ni que només fos
per riure junts la mort.

jueves, 10 de julio de 2008

CAMINOS


Por ENCARNI DURÁ MIRA

Es la primera vez que escribo algo en Internet y quiero empezar con un relato de A. J. CRONIN, en el que refleja la vida misma:

"La vida no es ningún pasillo recto y fácil que recorremos libres y sin obstáculos, sino un laberinto de pasadizos, en el que tenemos que buscar nuestro camino, perdidos y confusos, detenidos -de vez en cuando- por un callejón sin salida. Pero si tenemos fe, siempre se abre una puerta ante nosotros; quizás no sea la que imaginamos, pero sí será, finalmente, la que demuestre ser buena para nosotros".

En mi laberinto han habido curvas, unas más cerradas que otras, pero la fuerza de seguir adelante y lograr mis objetivos, es lo que me ha ayudado a evolucionar y a no detenerme ante las adversidades. Siempre me he apoyado en algo o en alguien. Mi gran ayuda, en esta ocasión, han sido las clases de la Universidad de la Experiencia y todo lo que de ellas ha surgido. Me sentí animada y con ganas de aprender cosas que ya tenía olvidadas. Convivir con otros compañeros ha sido enriquecedor, sobre todo a partir de organizarse el recital de poesías. Participar ante el público y recitar una poesía es algo que me ha ayudado mucho a valorarme mejor y a confiar en mí misma y en mis posibilidades. Este evento, no sólo me ha fortalecido como persona, sino que ha reforzado la unión con mis compañeros, que han pasado a ser mis amigos de viajes, cenas y reuniones, a iniciar unas amistades sanas con quienes compartir algo más que universidad.

Quiero agradecer a mi hermana su paciencia y su compañía, pues ha sido mi gran apoyo también. Al grupo que hemos formado, sobre todo a Pepe Adsuar por iniciarnos en la poesía y ser el principal impulsor del evento. Sin él, probablemente no hubiéramos llegado a formar este gran grupo de amigos.

Espero con entusiasmo el próximo curso y pienso poner todo mi empeño en seguir esta amistad que nos une y nos enriquece. LA PUERTA ESTÁ ABIERTA Y SÉ QUE ES BUENA PARA TODOS NOSOTROS.

CANTARES (Antonio Machado)

Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.

miércoles, 9 de julio de 2008

¿OLMOS VIEJOS?


¿Qué somos? La palabra "viejo" nos resulta repulsiva. Sin embargo, lleva implícito todo un caudal de vida y de experiencias. ¿Qué es ser viejo? ¿Tal vez estar en desuso, o no servir para nada? Yo conozco a la gente de mi grupo, y sé que esta descripción no va con ellos, y aún menos, con ellas. Obviamente, ninguno de nosotros tenemos el mismo aspecto que hace veinte años: el tiempo ha vuelto albos nuestros cabellos y, en nuestra piel, el constante paso de inviernos y de veranos ha dejado su huella. Nuestras ideas, como no podía ser de otra manera, tampoco son exactamente las mismas: hemos evolucionado. Afrontamos los problemas con otro talante. La serenidad nos hace ver las cosas con una claridad que antes, el frenesí de la juventud, nos impedía. En este sentido, no somos más viejos: somos diferentes. Pero con una diferencia que es totalmente nueva: es activa y vital. E incluso puede ser revolucionaria. Hemos sabido, y vamos a conseguir, que aquello que algunos llaman "el otoño de la vida", convertirlo, como dijo Antonio Machado, en "otro milagro de la primavera".

A UN OLMO SECO

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario, en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hacia la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

miércoles, 2 de julio de 2008

VIVENCIAS


Por Trini Seller

Fue una amiga de la infancia la que me introdujo en esta aventura del saber: Universidad de la Experiencia. Tal vez no se imagina el bien que me hizo (gracias, M.ª Victoria). Ahora estamos en vacaciones, pero la verdad es que echo mucho de menos las clases.

He podido aprender cosas que no sabía y he recordado lo que hace bastantes años estudié. El primer cuatrimestre fue para mí el más interesante, las asignaturas que en él se impartieron me gustaron más que las siguientes, pero, en general, el curso ha estado bastante bien. Tal vez con demasiadas vaciones y "puentes", pero, en fin, vamos a por el segundo a ver que tal se nos da. De todos modos ha habido una cosa que es lo que más me ha gustado de todo. Fue la idea genial que tuvo nuestro compañero Pepe Adsuar de organizar un recital de poesías de Miguel Hernández, en el que participamos más de la mitad de los alumnos del curso. Este recital ha supuesto una experiencia muy enriquecedora, ya que ha sido donde realmente hemos empezado a conocernos, nos hemos reído y también nos hemos emocionado. ¡Nunca pensé que sería capaz de recitar una poesía delante de tanto público! Ni yo misma me reconozco; ha aumentado mi autoestima y hasta me siento importante.

Es bonito tener tantos amigos, sobre todo los que nos vemos más a menudo, y espero y deseo que nuestra amistad no haga honor al nombre de esta página: que no sea barro, sino de un material tan duro y resistente que ni el tiempo ni nada lo puedan romper. Como dijo Mario Benedetti...

VAMOS JUNTOS
Con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero

compañero te desvela
la misma suerte que a mí
prometiste y prometí
encender esta candela

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero

la muerte mata y escucha
la vida viene después
la unidad que sirve es
la que nos une en la lucha

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero

la historia tañe sonora
su lección como campana
para gozar el mañana
hay que pelear el ahora

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero

ya no somos inocentes
ni en la mala ni en la buena
cada cual en su faena
porque en esto no hay suplentes

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero

algunos cantan victoria
porque el pueblo paga vidas
pero esas muertes queridas
van escribiendo la historia

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero.

lunes, 30 de junio de 2008

Soledades y encuentros

Con frecuencia nos sentimos solos, rodeados de nuestros miedos, atacados por ellos, aunque también, en ocasiones protegidos por ellos. La soledad es nuestro castigo y nuestra coraza. Nuestro mal y nuestro bien. Nuestra más coherente incoherencia. Hay quien, en su lucha diaria, busca respuestas en la religión. Pero, ¿qué es religión? Tal vez, en la vida, cualquier cosa que nos llene de esperanza constituya un modelo de religión, un modo de entender la vida. Con dioses o sin ellos, ¿qué más da? En este sentido, le otorgo la categoría de dios al poeta, y a sus palabras escritas la condición de salmo vivificador. El poeta no es un dios excluyente, ajeno, etéreo. Sólo es un ser terrenal, próximo -o prójimo- que ha tenido la virtud de asumir el problema, de encontrar las palabras y de hacerlas entendibles por quienes compartimos con él ese problema. Y así, una vez entendido y asumido el problema, nos ofrece la posibilidad de que aprendamos a convivir con él o a combatirlo, pero siempre con la razón y la palabra.

Con "Corazón coraza", Mario Benedetti hace la más hermosa declaración del amor que se posee y no. De la sutil distancia entre el anhelo y la carne, pero, en cualquier caso, de la inquebrantable fuerza de un pensamiento ajeno a las alienaciones. Que bonito sería que un día pudiésemos recitar poemas como éste y que la intensidad de estas palabras trascendiera nuestra humilde interpretación. Y llegara a todos.

CORAZÓN CORAZA

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza
porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro
porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

miércoles, 25 de junio de 2008

Así nació todo

Pasadas las vacaciones de Semana Santa, hicimos la propuesta al inicio de una clase de antropología. Esperábamos una respuesta tibia, de producirse alguna, pero nos equivocamos. La mayoría de los alumnos de primero de las Aulas de la Experiencia de la Universidad Miguel Hernández, de Elche, acogieron con absoluto entusiasmo la idea de preparar un recital alrededor de la vida y la obra de Miguel Hernández, y se entregaron, poniendo en ello todo su interés. Hasta llegar al 29 de mayo, en que ofrecimos al público nuestro proyecto.

Hemos vivido en todo este tiempo infinidad de anécdotas pero, lo fundamental, además de la representación, ha sido el crecimiento del grupo y el ponerse las bases de una amistad que sólo el tiempo dirá hasta donde llega. Y, en conjunto, hemos ampliado nuestro conocimiento y amistad con nuestro poeta más representativo, Miguel Hernández, el que da nombre a nuestra universidad.

Beatriz Orggia ejerció de narradora, y abrió el acto recitando "Me llamo barro". Puso luego toda la pasión Mª Victoria Gómez, con "Las desiertas abarcas"; más adelante, "Vientos del pueblo" y "Llegó con tres heridas" recitadas y magistralmente cantadas. Después puso el genio Severino Pacheco, haciéndonos revivir un día de pastoreo con la carta abierta "A todos los Oriolanos" y reivindicando más tarde un grito de libertad con "Recoged esta voz". Pepe Adsuar recitó "El silbo de afirmación en la aldea", "Elegía a Ramón Sijé" y "Elegía primera" (a Federico García Lorca); Tere Carbonell, "Ser onda..."; Encarnación Ruiz, "A ti, llamada impropiamente rosa"; Marcelino Mora, "No cesará este rayo que me habita...", "Umbrío por la pena" y "Canción del esposo soldado"; Gloria Cacigal, "Tengo los huesos hechos a las penas" y "Como el toro he nacido para el luto"; Fini Durá, "Por una senda van los hortelanos"; Asun Quinto, "Soneto final" y "Jornaleros"; Encarni Durá, "Aceituneros"; Trini Seller, "El niño yuntero"; Enrique Ruiz, "Sentado sobre los muertos"; M.ª Rosa Garijo, "Canción primera"; M.ª Cruz Baeza, "Llamo al toro de España"; M.ª Nieves Clavel, "Canción última"; María Moreno, "A mi hijo"; Eudovigis Sánchez, "No quiso ser"; Paquita Marhuenda, "Nanas de la cebolla"; y cerró el recital Angelita López, con el grito desgarrado del poeta que reivindica que su voz no muera, como así ha sido: "Recoged esta voz". En la parte técnica, contamos con el trabajo de Antonio García.

En conjunto un recital precioso. En el fondo -aunque siempre en el frente- la voz de un poeta injustamente atropellado antes y que nuestras humildes voces han querido reivindicar. Y, como premio, el crecimiento de un grupo humano que antes, pese a asistir juntos a las clases, apenas si nos conocíamos. Ahora nos consideramos amigos y estamos dispuestos a continuar creciendo. Porque el tiempo es nuestro y la ilusión también. "Que tenemos que hablar de muchas cosas, /compañero del alma, / compañero".