miércoles, 30 de marzo de 2011

Compañera, hagamos un trato



“Cuando el amor llega así, de esta manera,
uno no tiene la culpa,
quererse no tiene horario
ni fecha en el calendario
cuando las caras se juntan”.


De esta manera, en su canción “Caballo Viejo”, ponía letra María Dolores Pradera al nacimiento del amor en cualquier momento, sin que la circunstancia de la edad representara en esta eclosión ningún tipo de traba. Ni horario ni fecha; sólo dos seres que confluyen en el camino.

Durante unos meses, compartieron –junto a los otros- un espacio común, pero no se conocieron. Ahora miran hacia atrás y aún no entienden exactamente qué es lo que ocurrió. Sin embargo, ocurrió. ¿Qué sucedió? ¿Qué o quién influyó en sus voluntades? Éstas, son nada más que dos de las muchas preguntas que en ocasiones aún se hacen, pero cuya respuesta apenas si les importa. Sucedió, ésta es la cuestión. Y al mirarse a los ojos, agradecen su suerte. Ella llena de vida. Él intentando resucitar. Eran como los dos territorios que se miraban en la distancia, una distancia relativa, pero que el mar se encargaba de hacer inmensa. Hasta que el mar –el mar de la vida- hizo el milagro, y unió los dos territorios. Entonces se conocieron, la península y la isla se convirtieron en un solo territorio. Ella le ofreció de aquella vida que rebosaba por todos sus poros. Él le ofreció su calma y sus anhelos de Paz. Y fueron dos mitades que se complementaron para poder caminar: él poesía; ella fábula, promesa, anhelo. De este modo comenzaron a contar el uno para el otro. Como escribió Mario Benedetti: contar, no hasta dos o hasta diez, sino contar, para saber a ciencia cierta, que pueden contar el uno para el otro. Así, tácitamente, establecieron un trato que los hace inmunes a cualquier tempestad: ambos cuentan con el otro y saben que esto no se sostiene con ligaduras de lluvia o de viento, sino de un sentimiento escaso, pero que aún queda de él, y que, quien lo posee y cuida recibe a cambio la certeza de un bien que puede ser vital.

Mario Benedetti escribió esta poesía ¿pensando en ellos?

HAGAMOS UN TRATO

Compañera
usted sabe
que puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo
si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo
si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo
pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted
es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.